Miniatura del artículo de Epidemia Espiritual

PANDEMIA ESPIRITUAL

EL VIRUS MÁS PELIGROSO DEL MUNDO

EL VIRUS DEL PECADO es como el CORONAVIRUS Una Pandemia Espiritual

En estos tiempos tan apropiados para la reflexión conviene que aprovechemos la actual situación para realizar una importantísima comparación entre la epidemia física y la pandemia espiritual.  Existe una tremenda similitud entre el modus operandi del pecado y del CORONAVIRUS. Descifrar y entender esto ayudará mucho a que entendamos las devastadoras consecuencias del pecado y no sigamos siendo espiritualmente tan ingenuos y confiados.

Hagamos una sencilla oración para comenzar: Señor Jesús te doy gracias de antemano por lo que me vas a enseñar, permite que este mensaje cobre vida cual semilla en el terreno de mi corazón y se extienda en mi vida y toda mi familia. Amén.

Comencemos leyendo el pasaje de (Romanos 5:12)“…Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron…”

1) EL PECADO ENTRA SIGILOSAMENTE así como el CORONAVIRUS.

Para entrar a tu vida, el pecado no necesita un gran puerta, entra por lugares pequeños, pero luego se instala en sitios estratégicos propagándose por todo el cuerpo, esa es la pandemia espiritual. No llegará haciendo mucho escándalo, llegará sin hacer mucho ruido, entrará casi inadvertido, así sigue la recomendación del apóstol Pablo, cuida de ti mismo.

Así como el coronavirus, el pecado comienza diminuto, invisible, algo minúsculo. Por eso pensamos que es inofensivo, pero no olvidemos que una gota de veneno puede matar miles en un momento.

1Corintios 5:6  ¿No sabéis que un poco de levadura leuda toda la masa? (Gálatas 5:9)

La misma Biblia enseña que debemos estar despiertos no ignorando las astutas maquinaciones del diablo (2Corintios 2:11) que se mantiene al acecho como león rugiente buscando a quien devorar

1Pedro 5:8  Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar;

El virus puede entrar y permanecer inadvertido deteriorando la mente y el corazón hasta que finalmente brota al exterior con la muerte espiritual y algunas veces física. El virus se hospeda en el corazón del hombre quien lo alimenta con sus pensamientos y sentimientos hasta materializarse en un hecho.  

Recuerda que, para mantenerse vivo el virus necesita un huésped, así también el pecado necesita una mente. Todo contagio, toda epidemia o pandemia espiritual comienza así, el hombre una seducido es infectado. Léelo en Santiago 1:15 Entonces la concupiscencia (las bajas  pasiones, los malos deseos), después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte.

2) EL PECADO ES ALTAMENTE CONTAGIOSO así como el CORONAVIRUS.

El pecado se propaga como pandemia espiritual. Recuérdalo, el pecado se propaga, nuca se queda en el primer portador. Se propaga con mucha velocidad, se reproduce con suma rapidez y se contagia con mucha facilidad. ¿Por qué cree que el apóstol Pablo recomienda a Timoteo?

1Timoteo 5:22  No impongas con ligereza las manos a ninguno, ni participes en pecados ajenos. Consérvate puro

No imponga sus manos ni meta sus labios con ligereza. Evite meterse en asuntos que no le importan, no le interesan. De lo contrario saldrá contagiado por el virus del pecado, será otra víctima de la pandemia espiritual.

Toda persona sin el antídoto, posee el veneno del pecado, todo corazón sin Cristo es portador del virus ¿cómo se sabe? Debido a los síntomas, los cuales son:

 “…glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia…” (Romanos 13:13)

“…las obras de la carne: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas…” (Gálatas 5:19-21)

2Timoteo 3:2 amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos,

2 Timoteo 3:3 sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno,

2 Timoteo 3:4 traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios.

Si quieres leer más síntomas (1Corintios 6:9-10 y Apocalipsis 21:8)

Aunque algunas personas presentan exteriormente síntomas aparentemente leves y piensan de sí mismos que ellos no son tan malos, solo dicen “mentirillas” y de vez en cuando hacen otras cosillas, pero sin embargo, el problema es que de todas maneras experimentarán el mismo el resultado final, la muerte espiritual. Así es el virus del pecado, mortal, no respeta edad, color de piel, ni estrato social, toda una pandemia espiritual.

Sin no recibes el antivirus de Cristo, el fin de tu alma será el mismo que todos los demás. Pero estás a tiempo de cambiar el rumbo de tu historia y buscando el re-encuentro con tu padre celestial. Reconoce que nos invadió el pecado, a muy temprana edad fuimos contaminados ¿Reconoces que estamos contagiados por el virus?

Ser un portador silencioso es más peligroso.

Reconoce hoy y busca a Dios. Reconocer es el comienzo de la solución, la Palabra de Dios dice:

El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia. (Proverbios 28:13)

Hebreos 4:16  Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.

3) EL PECADO ES SUBESTIMADO así como el CORONAVIRUS.

Normalmente subestimamos las trágicas consecuencias del virus del pecado, como la pandemia espiritual no es a nivel corporal lo tratamos como algo trivial, pero está comprobado que lo que pasa en el espíritu tiene repercusiones a nivel físico. El exceso de confianza nos lleva al extremo de la ingenuidad ante un enemigo tan letal. Inocentemente, decimos, no, eso nunca me va a pasar a mí, eso sólo pasa por allá lejos, eso le sucede solamente a otros, yo sé cuidarme. Todo esto hace que cometamos el peor error, subvalorar y desobedecer las recomendaciones de Dios.

Cuidado, el hecho de que tú no veas el virus, no quiere decir que no haya peligro.

El hecho de que tú no entiendas cómo trabaja, contamina y se propaga el virus no significa que no sea mortífero. Así es la epidemia espiritual del pecado, las recomendaciones de Dios son para cuidarnos y no para dañarnos, pero lastimosamente algunos comprendemos las advertencias después del gran dolor de las consecuencias. Nos acercamos peligrosamente a jugar cerca a la hoguera y Parece que no es suficiente con el desesperante calor, sino que necesitamos meter las manos al fuego para aprender sufriendo el dolor. El pecado comienza como un seductor juego, pero se convertirá en un horrible fuego. No lo subestímenos, no seamos ingenuos, recuerda que así comenzó el pecado en el huerto. El virus del pecado en la humanidad comenzó con un contagiado:

“…Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron…” (Romanos 5:12)

Así el virus del pecado contaminó a todos los hombres…, ese fue el día cero de la epidemia aquí en la tierra. Huerto del Edén zona cero, epicentro de pecado.

No obstante, allá en un polvoriento y pequeño pueblo, de la familia humilde de un carpintero, vino el extraordinario médico, Jesús el Nazareno. Él aparición con el remedio, la vacuna para el veneno, llamada Evangelio. Buena noticia, la vacuna para el virus del pecado sí está disponible y vigente hoy para resucitar hasta muertos.

Hace dos mil años, Cristo la dejó lista, y la otorgó abundantemente de manera gratuita “…sin dinero…, sin precio…”(Isaías 55:1,2).

Romanos 3:24 siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús,

A ti no te costó nada, pero a Él le costó todo, derramó en la cruz del calvario cada gota de su preciosa sangre.

Romanos 5:18 “…por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida…”

Romanos 5:19 “…así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos…”

Romanos 5:20  “…mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia…”

Romanos 5:21 para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro.

Su vacuna se aplica en tu vida mediante el bautismo, ese es el mejor antivirus, el antivirus espiritual. El cual no sólo te lava las manos de tus malos actos, sino que lava todo tu ser, haciendo que vuelvas a nacer. Una limpia conciencia, una nueva vida, una nueva criatura.

Si has recibido y creído el mensaje y quieres ser vacunado entonces el siguiente paso es ser bautizado, sumergido en las aguas para que sean borrados todos tus pecados.

Hechos 3:19 Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio,

Ahora descansarás en paz, el diablo no te podrá acusar ni chantajear más con el pecado porque además de médico, Cristo también es abogado.

1Juan 1:7  la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.

En la última y gran comisión Jesucristo mandó, id y predicad el evangelio a toda criatura, el que creyere y fuere bautizado este será salvo, más el que no creyere será condenado. Dejo la decisión en tus manos.

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